Entro en el coche después de haberlo dejado durante varias horas a 40 grados la sombra.
Todo es mecánico: contacto, cinturón, freno de mano, embrague, marcha, música, y chicle (un grandioso bote de 500, que responde muy bien en muchos casos).
Bien, ese trozo de goma empieza a quemar mi lengua en cuanto empiezo a masticarlo; el calor había derretido el interior de éste, y tras el susto llegan las arcadas.
Gradualmente, el chicle comienza a deshacerse. ¡Arghh! pienso yo.
Ahora el chicle está esparcido por toda mi boca y noto cómo pasa a a convertirse en una masa viscosa en la que puedo degustar cada uno de sus componentes: sorbitol, maltitol, manitol, aspartamo, goma base, emulgentes y la lecitina de soja.
Lo trago y parece que es veneno. ¡Me pregunto cómo por separado puede saber todo tan malo! Parece que estoy tragando miles de agentes químicos a la vez.
Desde ese día… noto cosas raras......
A partir de ahora, os confirmo que podréis conocerme como Chewing Gum-Woman…
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6 comentarios:
Yighh...maldita sea, ahora quiero probar yo también...¿pero por qué?Si sé que no me va a gustar!!
Entrar al auto luego de haber estado en no menos de 40 grados es toda una tortura*
estos dias prefiero los chiclets con sabor a patilla*
me gusta tambien la apariencia nueva del tuyo*
besosdulces*
habría que intentar fumar al interior de un carro infernal con las puertas cerradas. quizá así nos podamos convertir en humo y ser muy pero muy libres.
pd. y bailar al ritmo de "la macarena" siendo humo.
jajajaj! re: tu blog está muy bueno tambien. :)
Entonces te llamaré la chica de los chicles. ¿Y sabes qué? Quizás yo misma mastique un chicle la próxima vez que venga a visitarte.
Un saludo.
mwahahaahahahaa
me encanta
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