
Veo que estáis aguardando el epílogo; pero os erráis si imagináis que me acuerdo de una sola palabra de todo este fárrago que acabo de soltar... Vaya este adagio antiguo: «No me gusta el convidado que tiene buena memoria.» Y yo invento éste: «Detesto al oyente que se acuerda de todo.» Por todo ello, ¡salud, celebérrimos devotos de la Sandez, aplaudid, vivid y bebed!
No hay comentarios:
Publicar un comentario